Este año cumple sus tres décadas la Escuela de Artes Visuales “Miguel Galeano”, pero están lejos de festejar porque este 31 de diciembre se vence el contrato pautado con coopelectric. El municipio los escucho contadas veces sin respuestas contundentes porque este reclamo es responsabilidad del gobierno provincial.
El edificio es imponente, una casona vieja, tres habitaciones que funcionan como aulas. El SUM está dividido por paneles y allí funcionan tres aulas más, alguna que otra cátedra también se aloja en el garaje. Así te espera el ex edificio AMCO, que por contrato cedió coopelectric a la Escuela de Artes “Miguel Galgano”. Recorren cada rincón alrededor de doscientos estudiantes, algunos se quedan y otros se van para no regresar. Los días de lluvia se suspenden las cursadas porque el agua entra al edificio y lo hace inhabitable. En otras ocasiones terminan a oscuras porque las fuentes eléctricas fallan.
Las paredes por fuera te motivan, te entregan tanto color que te invitan a entrar, hasta el último rayito de luz es capaz de decorar ese lugar. Por dentro las voces se mezclan, grabado por aquí, prensado por acá, dibujo por allá, los pinceles, las hojas, por ahí hay silencio, una clase se mezcla con la otra y algún otro también termina en el pasillo por la falta de lugar.
La Escuela de Artes Visuales "Miguel Galeano", ofrece la Tecnicatura en Diseño Gráfico y el Profesorado de Artes Visuales, este año llega a sus tres décadas. Lejos están los festejos porque, necesitan un edificio digno “Arte con techo también es un derecho”.
Entre colores, maquillaje, bombos y platillos, mates y aplausos, pasos agigantados marchan sin respiro, la lucha viene desde hace décadas, casi con el nacimiento de la institución. Docentes y estudiantes se organizaron en conjunto durante mucho tiempo para alzar voz en este reclamo, pero en este último tramo ha sido una responsabilidad del Centro de Estudiantes, así lo expresa Karen Gorosito, presidenta del ente que representa a los compañeros y compañeras que habitan esas paredes junto a ella.
En contadas ocasiones el municipio abrió sus puertas al diálogo, mejor dicho, a la escucha. Una de ellas fue en diciembre de 2018 cuando en conjunto con el consejo escolar, les informaron que no les iban a ceder un espacio que habían acordado y se estaba gestionando. El otro encuentro se dio hace muy poco tiempo cuando en una de las movilizaciones el edil Ernesto Cladera, recibió a las estudiantes y pudieron acordar hacer una carta al municipio con los problemas edilicios que tienen para intentar solucionarlos, pero no más que eso.
Cada movilización e intervención tiene lugar en el Paseo Jesús Mendía, centro de la ciudad, con la misma consigna siempre, "30 años de arte sin techo" ó "arte con techo también es un derecho", pero además eligen un estilo en las últimas dos ocasiones fue “Artistas a la calle” y “Kitsch” de este modo quieren que Olavarría reconozca todas aquellas herramientas que adquieren en su formación para ser futuros docentes y profesionales que estarán a su alcance.
Queda una trayectoria para dar calor y avivar cada segundo del reclamo, para Karen todo esto comenzó en el año 2017 cuando estudiantes y profesores hicieron una carta a “Papá Noel” para dejarla en el paseo Jesús Mendía, el pedido era el mismo que hoy, un edificio digno, dos años después la lucha continúa porque el 31 de diciembre de este año se vence el contrato y coopelectric reclamará su espacio.
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