Las rutinas de trabajo en periodismo han cambiado con la inmensa red de internet. En mayor o menor medida se han alterado todos los procesos de producción periodística, claramente desde que se originó el periodismo no solo cambió la tecnología utilizada por los periodistas, también ha cambiado el rol del periodista.
Cuando surgió el periodismo la información sobre los hechos transcurridos tardaban días o hasta incluso meses en llegar tal como mencionan Alejandro Rost y Alvaro Liuzzi. Hoy, con solo un clic, podemos obtener datos al instante sin embargo el problema que tienen los profesionales, en la actualidad, es que deben adaptarse a generar contenidos para plataformas específicas y pensar que los usuarios también generan datos todo el tiempo través de la participación en las redes sociales y comentarios en las publicaciones de los medios. Así como ha mejorado la tecnología y ha cambiado el rol del periodista, también el consumo de noticias. Los medios han tenido que generar una transición para adaptarse a los diferentes formatos que ofrece la red.
Roberto Igarza menciona nueve características de la etapa de transición. La primera la denomina <hibridez de medios> haciendo referencia a que los lectores consultan periódicos impresos y en línea; otra es la <flexibilidad de precios> en la que los lectores pagan la pieza que quieren; la tercera es <permeabilidad> ya que los medios vinculan sus noticias con artículos extranjeros; <actualización> de la página web; <ampliación> medios que se complementan; también aparece la <multimedialidad de los contenidos> en sus versiones en línea todos los medios emplean alguna combinación multimedia como fotos, videos, enlaces, etcétera.
En cuanto al rol de los usuarios, Igarza detalla la <promiscuidad de lectura> la cual alude a que los lectores buscan contraste y complemento de perspectivas; también la <personalización de la información> porque en las versiones en línea los lectores pueden registrarse para recibir las noticias más importantes, y por último la <participación> ya que los lectores se involucran y van más allá de la nota, participan en foros, encuestas, videochat y blogs.
Por otro lado, Rost y Liuzzi expresan que “la convergencia como proceso disruptivo ha establecido cambios profundos en las prácticas periodísticas”. Martín Becerra, por su parte, define este concepto como “la capacidad de diferentes plataformas de red de transportar servicios similares; o bien, la aproximación de dispositivos de consumo tales como el teléfono, la televisión y el ordenador”. Además menciona la existencia de niveles de convergencia, como 1. alianzas comerciales integradas por soportes que facilitan la digitalización, 2. estas suponen que el nuevo actor empresarial estará en condiciones de controlar los canales de producción y comercialización para 3. diversificar su actividad en distintos mercados de comunicación.
Con respecto a las plataformas de red, en los últimos años, se ha incorporado el blog. Igarza lo define como “un sitio web personal, una bitácora en la que su autor publica textos, imágenes y audios, vinculados con aspectos de la actualidad o focalizados en el tratamiento de un tema específico” y su influencia se percibe en la participación de los usuarios en los blogs y por ser protagonistas de un aumento de la lectura de medios on line, asegura Igarza. Una de las diferencias que tiene este medio con uno tradicional es la inmediatez que tiene el blog para compartir su contenido. A su vez, el lenguaje utilizado también es diferente: mientras que el medio tradicional tiene un lenguaje más técnico, más “profesional”, el lenguaje utilizado en el blog es más coloquial.
Uno de los cambios más trascendentales que se produjo en los medios de comunicación es la participación del público en el contenido. A principios del siglo XX, algunos diarios contaban con un sector para que los lectores publiquen su opinión. Hoy, muchos años después, el consumidor proporciona información que el periodista selecciona y toma a su conveniencia. Esto es lo que se conoce como “periodismo participativo” y se clasifica en distintos tipos de acuerdo al grado de compromiso que los participantes tienen.
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